Friday, April 15, 2005

La confusión de las avispas*


La confusión de las avispas*


José Landa




Estamos perdidos. ¿En dónde fuimos engañados?
Popol Vuh





I





Jai Q


En esta mano
¿cabrá todo el odio del mundo?




Ídolos capitales


Mis dioses son el olvido y la miseria

No tengo que invocarlos sin embargo aparece
cuando menos lo espero –fantasmillas de la soledad–
No tengo que construirles altares
Están pegados fieles a mí mascotas calvas

Cuánto diera por mandarlos a la nada pero no funciona
No sé que hacer con estos hijos de la turbulencia y el fanatismo






Los alambristas


Verticalmente el movimiento de la sombra la fuerza
de los muros
Sin cesar
Con gotear silencioso
Vamos cayendo
¿O alguna vez nos movimos alguna vez anduvimos arriba?
Nosotros los trapecistas del tiempo y el lenguaje
Los equilibristas de nuestro propio circo






Un embotellamiento de trenes


Supongamos que el día se embotella de trenes
Las líneas ferroviarias confunden el camino
El camino confunde a las culebras y las culebras
nos muerden

Supongamos el descuido de dos cuerpos
Que se funden sin querer como dos sombras
que se muerden al doblar la esquina
como el que desconfía de las manos como cuando nos hieren
las palabras al acudir a ellas para salvamento
y nos traicionan

Fugaz el viaje no el camino
Al final guardamos los cadáveres las ponzoñas
Las mordeduras en la camisa entonces inventamos el pasado
y mejor aún: inventamos el presente
Un antídoto: un veneno para otro

Ahora saco al tren de la botella
Queda el vino que humedece al día

Con esta mordedura de serpiente si me corto
el pie contaminado
Dónde podrá la confusión tender su nido
Dónde podrá el humo establecerse cuando no es en el aire





Un río cualquiera


Sentado en equis tarde
a la orilla del río Champotón
Dudaba al escribir este poema
Decir que se trataba del Mar Negro
o de cualquier otro
De cierto era el río Champotón
(un río que es todos los ríos las aguas y el desierto)
Arrojé a la corriente un huevo de gallina
El huevo abrió al caer
Yo dudaba acerca de la belleza:
Mostrar el lado perfecto o el imperfecto de los cuerpos
Dudaba en mostrar la cara o cruz de la moneda
Decidí mostrar los dos lados al mismo tiempo
Comprendí que no hay “el mismo tiempo”
Que la belleza continúa siendo imposible




El plan


En la celebración de los huesos y la sangre
En la celebración de los hambrientos
¿Cómo sobreviviremos al dormir con el enemigo
Cuál es el plan de ataque si los adornos caros
el campo de batalla y la cama o cualquier otra cosa
para dormir son niebla tormenta?






La casa de los espejos


No estás seguro de la realidad que esconde aquel parque
De su gente y el ruido que les bulle en el vientre
No estás seguro las palabras clausuran calles ventanas

Te gustaría que esto adquiriese la importancia de una muerte
que no se puede reciclar
Descubres que
este mundo esta gente esta hoja estas palabras
son mundo gente hojas palabras por el mundo la gente las hojas
las palabras
El espejo (y) su costumbre de falsificar cuerpos protege el intento
de salvar a la tormenta del relámpago
de reproducir una posible certidumbre en nuestras manos




Charcos de mediodía


En la fugacidad del charco al mediodía el zopilote
confunde su reflejo con el reflejo del sol
Demasiada luminosidad para sus ojos de sombra
Demasiado reflejo para sus pupilas de moneda sucia
Demasiada fugacidad para el sol

Mañana sólo habrá una porción de tierra cuarteada
Una partícula con olor a zopilote y confusión de insectos
Todo se perderá

Cuando pasemos por allí
ni las suelas de los zapatos recordará haber pasado
con nosotros encima






Mitologías


Juan y Juana
Personajes del pueblo
Comidilla de la hambruna lingüística
Fueron creados del barro
Han pasado milenios de su fundación mitológica
y continúan en su fango moderno
Estiércol de un dios mitológico
¿Somos dueños del tiempo?





Lombrices

Si fuera la ciudad un pájaro sucio hambriento
Lo derribaría del vuelo a pedradas
Y a lo mejor le torcería el pescuezo
Mientras tanto
acepto nuestra condición de lombrices en el pico del ave






Escupitajo


Escupo en la palma de la mano aplasto ese poco de saliva
La fragmento apunta hacia todos lados: es una estrella de agua

Diariamente alguien escupe en su mano aplasta la saliva:
Habla del mundo







II





Poesías, poemas y poesía

La muerte es sagrada dicen los sagrados
Virgilio ha muerto
Goethe Safo Miró Pessoa
(el orden no importa)
Góngora Cavafis Etcétera: actores
Todos ellos han muerto Para fortuna la poesía
y el resto del arte siguen viviendo a pesar de/






Oscuridades

La oscuridad
nos niega lo que vimos la mañana anterior
Los camuflajes del cuerpo
Las máscaras de todo
Niega los retratos
Los espejos
Niega tanto
Pero no puede borrar lo que tocamos
ni lo que pienso ahora de la oscuridad la sorda





Un muelle al sur de las palabras


Yo conocí un puerto sin pescadores un muelle sin naves
Una red sin peces una mujer estéril una vulva reseca

Yo conocí una ciudad sin calles unas puertas sin casa
Unos cristales sin ventana unas ventanas sin cristal
Conocí una ciudad donde la mudez adoraba un altar de huesos
y le rendía homenaje a vestimentas raídas a la piel de un cadáver
Conocí un faro cuya luz alumbraba al mismo sitio
Conocí un mar inmóvil hambriento
Un lugar lleno de niebla un sol pudriéndose
Conocí un lugar de ausentes
y todo cuanto grité se lo tragó la sal
lo vomitó el cielo



Conocí un rincón del mundo
Con todo esto insisto en conocer otros rincones





Vestiduras

Tan sencillo como decir tierra-mojada-con-cuatro-letras
Lodo entre los zapatos polvo húmedo y más mugre
encima del cuerpo
Tan sencillo como el agusanamiento de nuestra piel
bajo el smoking
Todo tan fácil como prender fuego a los almacenes
y mirar nuestros muebles gastados por el encierro

El deseo tan estropeado como un mango entre las charcas
Cuándo nos perteneció –o al revés– sin que algo interfiriese




Porosa

Al fin comprobamos junto a pedazos caídos de un muro
Paredes caídas de un edificio edificios caídos de ventanas
Sílabas caídas de palabras afirmaciones inseguras
Canibalismos artísticos y toda clase de ataques:
que es posible
cortar
prosa en
segmentos
y hacer prosa de los poemas y ciertos segmentos
(¡salud! Descubridores del hilo negro)






La humedad descompone a los insectos

El aguacero se hunde entre la gente se enferma de gente
Innumerables charcos miran la enfermedad de las cosas
El contagio aferrado al aire que gira –mosca sobre los festines
de cada día– sobre la enmendación de los errores

Imposible
salvarse de la humedad y la descomposición
Evitar que los objetos brillen bajo el fuego

Cuánto según la Biblia lleva el agua postura de muerto
entre nosotros
Cuándo según nosotros debe tener la Biblia entre los muertos

Si entre los ríos menos turbios viboritas andamos
equivocando las piernas para morder
y mordemos los peces equivocados
Cuánto heredará un libro bíblico bajo la corriente de los ríos
en espera de cualquier orden o señal de desbordamiento


Hoy que el aguacero camina entre nosotros con máscaras
Que los ríos colman se enturbian y pueblan las calles
como la tradición de los ríos de enturbiar y poblar las calles
por puro deseo
Hoy que el agua y nuestro paso nos voltean la cara
Que sabemos ya no ser polvo ni agua enamorada
sino todo lo contrario qué desintegración hará salir de los cuerpos al aguacero qué desintegración nos hará salir




Lo sabemos: el mar teje y desteje redes


Lo sabemos: el mar teje y desteje redes
Remolinos para los hambrientos
Sabemos que las barcas se desmembran
que todo se desmembra cuando la sal calla

Así los mariscos guardan silencio para destruir el agua
que los publicó al mundo y la sal –mitología bíblica–
nos petrifica o nos agusana y empolva


El mar nos llena de tormentas de ciudades de sudores
alternos al nuestro
Encontramos a los amantes dormidos después de la cópula
Después de reproducir la sal en sus gemidos

Lo sabemos
El miedo impide recalcarlo








Las plumas


Uno

Un muchacho se olvida bajo el sol se desmorona bajo la ceniza del sol se esfuma bajo las sombras quemadas del sol
Su animal espía sin saberlo presencia un ejemplo de la cotidiana destrucción de los cuerpos: su cara en el estanque
Sin saber que en los ojos donde refleja el sosiego y el desasosiego olvida lo espiado así se olvida de la selva y los olvidos que cubrieron de cenizas la selva








Dos

El domingo por la mañana todavía no habremos cambiado la piel tampoco el tacto ni ocultado el flamingo –herencia del tío burgués extraviado en el viento–
Dejaremos borrar la memoria la fugaz belleza de las plumas

El domingo por la mañana todavía no habremos perdido la cabeza El cráneo de aparador
Soñaremos un ángel hermafrodita desnudo a pleno sol fugitivo de un infierno vivo nada más en las palabras fracaso de un cielo vacacionista

El domingo por la mañana todavía no nos habremos puesto en el pellejo de los pájaros
En la superficie del pantano esconderemos la ropa y el muchacho





Tres

Poner en reversa un reloj de arena
Hacer de cuenta que ya experimentamos en la cabeza de otro
No pensar en el tiempo sí en los animales que nos conocen mejor
Que tienen de memoria el sabor de nuestra acidez
Hacer de cuenta que nos interesa la rabadilla y no las plumas
Poner al muchacho de espaldas a la lluvia
Poner en reversa un reloj de arena





Cuatro

Qué trampa somos
Qué selva con una ciudad dentro

Camino y cada paso niega al anterior
Sin embargo el claustro es cómodo repleto de adornos
que parchan las paredes

Aquí viven los poseedores del tiempo amantes
de los pájaros ridículos
Aquí olvidarás las plumas para volar





III




Los gestos del anonimato

Tal vez nos equivocamos al bautizar las cosas
Al exigir un corazón un alma un pretexto
cualquiera para creer en lo eterno

Si al despertar somos un objeto sin objeto
Sin al final distinguiremos a la ele minúscula
de la ele mayúscula
Si después de todo resulta que la ele sirve para repetir
que lamemos con la lengua de lo mismo
Qué importa

Al invocar al azahar nos responde el azahar
Nos reconstruye entonces el aroma del azahar solamente
No somos quienes dicen del azahar nada
sino quienes insisten en darle otro lenguaje además del aroma

Y nos equivocamos de nuevo caemos a tierra
Después de abrazar el humo
Ante la fugacidad de los objetos las piedras no tienen tiempo
La piedra tiene la edad de la piedra y la edad de las piedras no importa

A qué res atrapamos al arrojarnos sobre la carne
Lo que desaparece es la palabra carne
Lo que se transforma es la palabra y el producto de nuestra rara transformación es el estiércol
Nadie dijo que el estiércol deje de ser carne queridos carnívoros
Al fin y al cabo construiremos el anonimato que habita el suelo
y las nubes





Van Gogh orina su sombra

1

Entre las paredes más sombrías más desesperantes guardamos lo deseado lo que alguna vez fue cuerpo memoria

A nadie maravilla Van Gogh con su locura asomando por los poros con su autodetestada fealdad perdida entre las líneas de cada lienzo De cada agresión

Quién se maravilla con la belleza cuando la ve perniabierta Desvirgada en algún lodazal
Qué belleza es la que vemos como una mancha de estiércol en el piso como un pintalabios derretido en el espejo





2

En el polvo que fertiliza las paredes el nido de la araña las manchas de orín en los rincones la mujer insaciable entre sueños El hombre que sueña perder su periodo refractario
En los fragmentos de voz sobre las cortinas los olores del vómito Las cáscaras de limón junto al meadero
En todo esto la madrugada olvidó sus creaciones

De las mitologías más antiguas: la belleza
Qué hacerle a tanta autodestrucción de espejos a tanta risa en sus añicos

Entre las paredes de los manicomios cúbicos a qué libertad geométrica jugará la locura





Estación de agua

(Durante los últimos dos o tres años de los noventa surgió al norte de México un tipo de música bailable llamado “la quebradita”, extraña mezcla de ritmos de la música folclórica mexicana, con un notable acelerón de actualidad.
Semejante al tango argentino, “la quebradita” exige fortaleza en el hombre, flexibilidad en la mujer y resistencia en ambos. Contrario al tango que adopta una tristeza con trágica elegancia, patética, “la quebradita” lo hace con una agitación cómica que muy adentro mantiene una ironía)


Conmovidas las piernas los brazos –homenaje al Manco de Lepanto– homenaje al ritmo de los bailarines no al de los poetas: una pareja

La pasión ostenta el roce apresurados movimientos como en ciertas cópulas o masturbaciones
Ella es un instrumento del poder objeto que acepta las trayectorias de la piñata y el péndulo
Él es un instrumento del instrumento una debilidad ante su propia fuerza
En pareja puede ser de este modo o a la inversa (ya en dos piedras o animales o cualquier cosa)
En parejas una piedra no sabe lo que contiene la otra pero se ponen de acuerdo
Conmovidas las piernas La Quebradita es un ejemplo: ella una bandera él un mástil (o al revés)
El más grande ritmo es la inmovilidad





Emisión diaria


Sé de la compañía de las emisiones radiofónicas
Del extraño en la tiniebla queriendo disfrazar los infortunios

Aunque a distancia nos une al extraño y a mí un aparato un reproductor de pesadillas mentiras o felicitaciones comerciales

A través de un cable una clavija el fastidio instalado en mi territorio se desconecta un poco
No evito la idea de acordarme más fácilmente de los pies

Siempre hay un “queridos radioescuchas”
Un desconectarse o conectarse con/
El tedio obliga a soportarlo todo





Sueño que se pudre

Cuando dormimos el cuerpo se pudre
Todas las madrugadas somos un cuerpo que se pudre
A la ciudad le brillan los dientes los huesos y la carne

Se descompone el día hiede como la oscuridad
Se descompone la respiración
Los sentidos el cerebro se pudren
La ciencia el arte se pudren


Duele ser una pieza rota del ajedrez un órgano mal trasplantado Una puerta falsa
De qué tiempo paralelo al nuestro de qué madrugada
viene esa gente con sus torres de marfil y pudrición a cuestas





Versión para adelita

Recordarás haber caminado por los valles de México
El corrido olvidará quién te grabó en los oídos de los muchachos

(“Y se oía/ que decía/ aquel que tanto la quería”)

Recordarás haber odiado a Huerta “el usurpador”
Pensarás que la gente no decide la confusión de Zapata y Villa
Que ni en la sopa la vaca deja de ser vaca
Los caldos de pollo no ocultan su sabor bajo la manga y tanta sal
en el caldo se vuelve odiosa como odioso el caldo en la traición del frío

Recordarás haber perdido tu virginidad en una canción
Sentirás que no hizo falta venderse al pleito entre víboras
Que no valió la pena vulgarizarte entre nosotros

La niebla todavía es inquilina
(Adelita ve caer un aguacero y mil rayos y relámpagos)





La luz tiende trampas a los iluminados


Mal entendida la carta
Distorsionado el sentido de las aguas
El calamar ciego cree ver la ballena sorda escuchar
cuando sobran los ojos y los oídos

El agua de la pecera es semejante a la del mar pero ridícula Simultánea simulada y más ridículo el pez que la confunde

Al tocar las honduras con el nado no es necesaria la luz
Sobran el aire las extremidades el sol bajo el peso la humedad

En el embrollo de la corriente nada se alumbra
La luz tiene trampas a los iluminados
El sonido confunde el silencio confunde
Confunde la palabra y el castigo es imposible
La palabra juez no tiene dueño las cartas no tienen remitente
ni destinatario






Un obsequio para celebrar la destrucción

Me preguntan “cuál es tu regalo”

Tengo la garganta La elasticidad de la piel
La orilla de los ojos El polvo de las orejas
El veneno de la lengua El desierto de las manos
El encadenamiento con el aire La torpeza del cerebro
La desconfianza por todo La inconformidad por el agua
Etcétera ¿algo más?


_________________________


*Primera edición: Fondo Editorial Tierra Adentro, del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, México 1997. Segunda edición: Mantis editores (Guadalajara, Jalisco, México) en la reunión poética personal Dicho Está, 2008.


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